Teoría de los Conjuntos I: Aritmética cardinal

Por Gabriela Hernández Aguilar

Introducción

En las entradas anteriores hablamos de conjuntos finitos e infinitos. Además, vimos que hay conjuntos infinitos que no son equipotentes entre sí: N y N. Ahora hablaremos un poco sobre qué son los cardinales, asumiremos su existencia y daremos una breve introducción a cómo se puede trabajar con ellos mediante aritmética cardinal.

Introducción a ¿qué es un cardinal?

La idea intuitiva detrás de los cardinales es que a cualquier conjunto X se le pueda asignar un conjunto «canónico» Y con la misma cardinalidad que X. Si esto es posible, diremos que la cardinalidad de X es Y, y lo escribiremos como |X|=Y. A Y le llamamos un cardinal. Recuerda que intuitivamente la noción de «ser equipotentes» es parecida a una relación de equivalencia (aunque estrictamente no lo es). Con esta intuición, puedes pensar a los cardinales como un «conjunto de representantes» de esta relación de equivalencia.

Si bien estamos muy lejos de tener algo así, hemos logrado algo de progreso parcial. Si un conjunto X es finito, entonces es equipotente a un único natural n y en ese caso dijimos que su cardinal es n, lo cual denotamos como |X|=n. Si X es numerable, entonces dijimos que su cardinal es N y escribimos |X|=N. Ya vimos que P(N) no es numerable. Si quisiéramos, podríamos decir que el cardinal de cualquier conjunto equipotente a P(N) es precisamente P(N), pero esto ya empieza a volverse algo tedioso y no es claro cómo se formaliza.

La formalización de los cardinales queda fuera del alcance de este curso, y depende de la manera en la que se axiomatiza la teoría de los conjuntos. Una manera de hacer esto es introducir a los números ordinales, lo cual queda como invitación a un curso posterior de teoría de los conjuntos. Sin embargo, si asumimos la existencia de los cardinales, podemos platicar un poco de la aritmética cardinal, lo cual haremos a continuación.

Suma de cardinales

Comenzaremos definiendo la suma de dos cardinales. Dicha operación está motivada en la regla de la suma para conjuntos finitos. Recuerda que esta regla dice que si A y B son conjuntos finitos disjuntos con m y n elementos, respectivamente, entonces |AB|=m+n.

Definición. Si κ=|A|, λ=|B| y AB=, definimos κ+λ=|AB|.

La definición anterior da por hecho que existen conjuntos ajenos A y B tales que κ=|A| y λ=|B|, lo cual es cierto, pues si hacemos A1=A×{0} y B1=B×{1}, entonces κ=|A|=|A1|, λ=|B|=|B1| y A1B1=.

La definición también supone que |AB| no depende de la elección de A y B. Para comprobar que la definición de suma de cardinales está bien definida tenemos que mostrar que en efecto esto es así; esto es, que si A,A,B,B son conjuntos tales que κ=|A|=|A|, λ=|B|=|B| y AB==AB, entonces |AB|=|AB|.

Lema. Si A,A,B,B son conjuntos tales que |A|=|A|, |B|=|B| y AB==AB, entonces |AB|=|AB|.

Demostración.

Dado que |A|=|A| y |B|=|B|, podemos fijar funciones f:AA y g:BB biyectivas. Luego, fg:ABAB es una función biyectiva, por lo que |AB|=|AB|.

◻

La definición de suma de cardinales no sólo coincide con la suma ordinaria de números en el caso finito, sino que también se preservan algunas propiedades usuales. Por ejemplo, si A y B son conjuntos ajenos tales que κ=|A| y λ=|B|, entonces κ+λ=λ+κ. En efecto, como AB=BA, entonces |AB|=|BA|, y la definición de suma de cardinales implica que κ+λ=λ+κ. Esto muestra que la suma de cardinales es una operación conmutativa.

Por otro lado, si κ, λ y μ son cardinales, se satisface por la asociatividad de la unión que κ+(λ+μ)=(κ+λ)+μ. Es decir, la suma de cardinales es también una operación asociativa.

También se puede mostrar que si κ y λ son cardinales, entonces κκ+λ. En efecto, si A y B son conjuntos ajenos tales que κ=|A| y λ=|B|, entonces f:AAB definida por medio de f(a)=a (la inclusión de A en AB) es una función inyectiva. Esto muestra que κ=|A||AB|=κ+λ, como queríamos.

Asimismo, si κ1κ2 y λ1λ2 son cardinales, entonces κ1+λ1κ2+λ2. ¿Podrás demostrar esto?

Producto de cardinales

Ya que definimos la suma de cardinales y hemos notado que algunas propiedades de esta nueva operación coinciden con las que ya conocíamos sobre la suma de números naturales, podemos definir la multiplicación de cardinales, la cual, como es de esperarse, estará motivada en la multiplicación ya conocida de números naturales.

Definición. Si A y B son conjuntos tales que κ=|A| y λ=|B|, entonces κλ=|A×B|.
Así como con la suma, debemos verificar que esta nueva operación está bien definida.

Lema. Si A,A,B,B son conjuntos tales que |A|=|A| y |B|=|B|, entonces |A×B|=|A×B|.

Demostración.

Dado que |A|=|A| y |B|=|B|, podemos fijar funciones f:AA y g:BB biyectivas. Luego, si definimos h:A×BA×B por medio de h(a,b)=(f(a),g(b)), entonces h es biyectiva. De modo que |A×B|=|A×B|.

◻

Así, en efecto el producto de cardinales no depende de los conjuntos elegidos.

Algunas propiedades del producto de números naturales se preservan para el producto de cardinales.

Por ejemplo, si κ y λ son cardinales, entonces κλ=λκ. En efecto, si κ=|A| y λ=|B|, entonces κλ=|A×B|, pero, dado que |A×B|=|B×A| (ya que h:A×BB×A definida mediante h(a,b)=(b,a) es una biyección), entonces κλ=|A×B|=|B×A|=λκ.

De manera similar, se puede mostrar que:

  1. κ(λμ)=(κλ)μ,
  2. κ(λ+μ)=κλ+κμ

para cualesquiera cardinales κ, λ y μ. Intenta demostrar esto. Tendrás que usar propiedades de la unión y producto cartesiano. Por ejemplo, para el inciso 2 deberás usar que para cualesquiera conjuntos A,B,C se cumple que A×(BC)=(A×B)(A×C).

También hay algunas propiedades de desigualdad de cardinales que involucran al producto. A continuación discutimos algunas brevemente.

Si κ=|A| y λ=|B|, con B, entonces, definiendo f:AA×B por medio de f(a)=(a,b0) donde b0B es un elemento fijo, tenemos que f es una función inyectiva y así κ=|A||A×B|=κλ. Esto muestra que para cualesquiera cardinales κ y λ, con λ0, κκλ.

De manera similar se puede mostrar que si κ1κ2 y λ1λ2, entonces κ1κ2λ1λ2. Basta tomar conjuntos A,A,B,B tales que κ1=|A|, κ2=|A|, λ1=|B| y λ2=|B|. Luego, como κ1κ2 y λ1λ2, podemos fijar funciones inyectivas f:AA y g:BB y podemos definir h:A×BA×B por medio de h(a,b)=(f(a),g(b)), la cual resulta ser una función inyectiva. Esto muestra que κ1λ1=|A×B||A×B|=κ2λ2.

Otra propiedad es que al multiplicar un cardinal por un natural, sucede lo que esperamos: el cardinal «se suma la cantidad apropiada de veces». Veamos un pequeño ejemplo. Si κ es un cardinal, entonces κ+κ=2κ.

En efecto, si κ=|A|, entonces 2κ=|{0,1}×A|, pues 2=|{0,1}|. Luego, notando que {0,1}×A=({0}×A)({1}×A), y dado que κ=|{0}×A|=|{1}×A| y {0}×A es ajeno a {1}×A, se sigue que 2κ=|{0,1}×A|=|({0}×A)({1}×B)|=κ+κ. Intenta demostrar que para cualquier natural n y cardinal κ se cumple que (n+1)×κ=n×κ+κ.

Finalmente, ¿cómo se comparan la suma y producto de un cardinal consigo mismo? Usando las propiedades ya comentadas, se sigue que para un cardinal κ2, se cumple κ+κ=2κκκ.

Exponenciación de cardinales

La última operación que introduciremos para cardinales será la exponenciación de cardinales.

Definición. Si κ=|A| y |B|=λ, entonces κλ=|AB|, donde AB denota al conjunto de las funciones de B en A.

Si has realizado los ejercicios de entradas anteriores, notarás que esta definición también generaliza el caso de A y B finitos, en donde κ y λ son naturales.

Para verificar que esta operación está bien definida tenemos el siguiente lema.

Lema. Si |A|=|A| y |B|=|B|, entonces |AB|=|AB|.

Demostración.

Fijemos funciones biyectivas f:AA y g:BB y definamos F:ABAB como sigue: si kAB, sea F(k)=h, donde h:BA está definida mediante h(g(b))=f(k(b)) para cada bB.

F es una función inyectiva, pues, si k1,k2AB son tales que k1k2, entonces existe bB de tal modo que k1(b)k2(b). Luego, como f:AA es una biyección y k1(b)k2(b), se tiene f(k1(b))f(k2(b)). De modo que si F(k1)=h1 y F(k2)=h2, entonces h1(g(b))=f(k1(b))f(k2(b))=h2(g(b)), lo que implica que h1h2, es decir, F(k1)F(k2).

Por otro lado, F es una función suprayectiva, ya que si hAB, entonces considerando las funciones f1:AA (la cual existe por ser f biyectiva) y k=f1hg:BA, se tiene que F(k)=h donde h(g(b))=f(k(b))=f((f1hg)(b))=(ff1hg)(b)=h(g(b)),
es decir, h(g(b))=h(g(b)) para todo bB. Como B={g(b):bB}, entonces h(b)=h(b) para todo bB, lo cual nos permite concluir que h=h. Esto muestra que F(k)=h y, por consiguientes, F es suprayectiva. Por tanto, F es una biyección y así |AB|=|AB|.

◻

Platiquemos de algunas de las propiedades de exponenciación.

De la definición de exponenciación tenemos que si λ>0, entonces κκλ. Esto se debe a que si κ=|A| y λ=|B|, con B, entonces definiendo f:AAB por medio de f(a)=ga, donde ga:BA está dada por ga(b)=a para todo bB, entonces f es una función inyectiva, lo que muestra que κ=|A||AB|=κλ.

Nota que en este último argumento, implícitamente, supusimos A, ya que las funciones que definimos resultaban ser funciones constantes y dichas constantes eran elementos de A; sin embargo, si A= no podemos definir una función constante de B en A, ya que no hay elementos en A y, de hecho, al ser B no vacío no existen funciones de B en A. De modo que si A=, entonces AB=, por lo que |A|=0=|AB| y así |A|=|A|λ=|A||B|=. En consecuencia, κκλ aún cuando κ=0.

Por otro lado, si κ>1, se puede probar que λκλ. Para ello supongamos que A y B son conjuntos tales que κ=|A| y λ=|B| con κ>1.

Si λ=0, entonces B= y la única función de B en A sería la función vacía, por lo que κλ=|AB|=1. En consecuencia, λκλ. Supongamos ahora que B. Dado que κ>1, existen al menos dos elementos distintos a0,a1A. Utilizando a estos dos elementos podemos definir algunas funciones de B en A como sigue: dado bB, definamos gb:BA por medio de gb(x)={a0si x=ba1si xb. Podemos considerar entonces la función φ:BAB cuya regla de correspondencia es φ(b)=gb. Dicha función resulta ser inyectiva, pues si φ(b1)=φ(b2), entonces gb1=gb2 y por tanto gb1(x)=gb2(x) para cada xB. En particular, para x=b1 tenemos que a0=gb1(b1)=gb2(b1). De modo que b1=b2, pues en caso contrario tendríamos que gb2(b1)=a1 lo cual es una contradicción, ya que gb2(b1)=a0. De esta manera, si φ(b1)=φ(b2), entonces b1=b2 y así φ es inyectiva.

Esta serie de argumentos muestra que |B||AB|, es decir, λκλ.

A continuación enunciaremos un teorema que nos da una propiedad interesante del estilo «ley de los exponentes» para la exponenciación de cardinales.

Teorema. κλ+μ=κλκμ.

Demostración.

Sean κ=|A|, λ=|B|, μ=|C| con BC=. Para probar que κλ+μ=κλκμ vamos a exhibir una función biyectiva entre AB×AC y ABC.

Definamos F:AB×ACABC por medio de F(f,g)=fg. Para cualesquiera fAB y gAC, fg es efectivamente una función de BC en A, debido a que dom(fg)=dom(f)dom(g)=BC junto al hecho de que f y g son funciones compatibles ya que dom(f)dom(g)=BC=.

Ahora, F es una función inyectiva, pues si F(f,g)=F(h,k), entonces fg=hk; luego, para cada bB se tiene que f(b)=(fg)(b)=(hk)(b)=h(b), lo cual implica que f=h y de manera análoga se sigue que g=k. Por tanto, (f,g)=(h,k).
Ahora, si hABC, podemos considerar las restricciones hB y hC, las cuales resultan ser funciones de B en A y C en A, respectivamente. De modo que (hB,hC)AB×AC y F(hB,hC)=hBhC=h, lo que muestra que F es suprayectiva. Por lo tanto, F es una biyección y, en consecuencia, κλ+μ=κλκμ.

◻

Para finalizar con esta entrada sobre aritmética cardinal, tenemos el siguiente resultado sobre el cardinal de un conjunto y su potencia.

Teorema. Si |A|=κ, entonces |P(A)|=2κ.

Demostración.

Vamos a establecer una función biyectiva entre P(A) y {0,1}A. Para cada BA, definamos χB:A{0,1} como sigue χB(x)={1si xB0si xB. Definamos entonces f:P(A){0,1}A como f(B)=χB. Luego, si BC, entonces existe xBC o existe xCB, de modo que existe xA tal que χB(x)=1 y χC(x)=0 o bien χB(x)=0 y χC(x)=1. En cualquier caso se tiene que χBχC, ya que no coinciden en la imagen de un mismo elemento.

Este argumento muestra que f es inyectiva.

Por otro lado, si g{0,1}A, podemos considerar el conjunto B={xA:g(x)=1}. Se tiene que BP(A) y χB=g, ya que si xB, entonces χB(x)=1 y g(x)=1; por otro lado, si xB, entonces χB(x)=0 y g(x)=0. Esto demuestra que f es suprayectiva.

Por lo tanto, f es una biyección y, en consecuencia, |P(A)|=|{0,1}A|=|{0,1}||A|=2κ.

◻

Tarea moral

La siguiente lista de ejercicios te permitirá reforzar el contenido visto en esta entrada:

  1. Muestra que κ0=1 para todo κ y κ1=κ para todo κ>0.
  2. Muestra que 1κ=1 para todo κ y 0κ=0 para todo κ>0.
  3. Demuestra que si κ1κ2 y λ1λ2, entonces κ1λ1κ2λ2.
  4. Prueba que κκ2κκ.
  5. ¿Existe un conjunto A tal que P(A) es numerable? Argumenta tu respuesta.

Más adelante…

En la última unidad del curso hablaremos acerca del axioma de elección. Esto ayudará a cerrar algunos pendientes que hemos dejado a lo largo del curso. A grandes rasgos, el axioma de elección nos permitirá construir un conjunto eligiendo un elemento de cada conjunto de una familia de conjuntos. Como consecuencia, veremos que cualquier conjunto puede ser bien ordenado, así como algunas aplicaciones a otras áreas de las matemáticas.

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Agradecimientos

Trabajo realizado con el apoyo del Programa UNAM-DGAPA-PAPIME PE109323 «Hacia una modalidad a distancia de la Licenciatura en Matemáticas de la FC-UNAM – Etapa 3»

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