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Unas palabras para mi tío Juan

Por Leonardo Ignacio Martínez Sandoval

El día de ayer murió un tío, hermano de mi mamá. Su nombre era Juan José Sandoval Rodríguez.

La muerte es algo inevitable y terrible. Pero a la vez es una oportunidad de descanso y de recuerdos. Después de la vida, vivimos a través de lo que queda en la memoria de nuestros seres queridos, y en ese sentido me gustaría recordar un poco a mi tío y hacerlo vivir, si me permiten, por lo menos unos segundos en sus mentes.

La mayoría de los recuerdos que tengo de él provienen de mi infancia. Con el paso de los años nos alejamos un poco, mis recuerdos tempranos permanecen. Se que de profesión era arquitecto, y de lo poco que conocí de su vida supe que hacía su trabajo bien. Pero recuerdo más que eso, principalmente recuerdo reuniones familiares, en aquellos años en los que mi hermano y yo éramos niños. Recuerdo tardes alegres en los que él y su esposa cantaban. Recuerdo una excelente decoración en su casa. Carnes asadas y un gran bar del cual en ese entonces yo no podía (ni quería) beber. Mi tío nos enseñó a mi hermano y a mi a jugar backgammon. Tenía un piano eléctrico con el que nos dejaba experimentar. En general me queda la impresión de que disfrutó de la vida en varias de sus aristas.

Este es el primer familiar tan cercano que pierdo desde mi infancia. No se muy bien cómo lidiar con esto, aunque no se si exista alguien quien sepa lidiar con ello. Es más difícil hacerlo a la distancia, estando separado de mis seres queridos. De cualquier forma, agradeceré mucho su apoyo a distancia, y así mismo ofrezco a nuestros seres queridos en común el apoyo que pueda dar desde acá.

R.I.P.

Aborto y la taxonomía de los embarazos no deseados

Por Leonardo Ignacio Martínez Sandoval

Introducción

En estos días las redes sociales están repletas de comentarios que discuten la legalidad del aborto. Si bien es un tema interesante por sí mismo, el reciente proceso en Argentina para determinar su legalidad ha sido catalizador para que decenas de personas viertan sus opiniones al respecto. Debido a que es un tema muy polémico, a veces las discusiones no se encuentran en el mismo nivel retórico y esto genera caos y antagonizmos.

La idea principal de esta entrada no es dar mi punto de vista acerca de algunas aristas del problema, aunque hablaré de ello hacia el final. Más bien la principal razón por la que escribo esta entrada es para dejar en claro los diversos niveles de discusión del tema, de modo que ayude a tener discusiones más informadas y conciliatorias.

Los problemas principales

Hay dos situaciones con las que queremos lidiar. La más discutida es la siguiente.

Situación 1: Una mujer (o una pareja) ya se encuentra en una situación de embarazo no deseado. Lidiar con esto incorrectamente trae consecuencias severas.
Problema 1: Lidiar de la mejor forma posible con este embarazo no deseado.

Por supuesto, sin un marco ético este problema no está bien definido. ¿Qué es «la mejor forma»? ¿Qué es lidiar? Mencionaré eso en breve, pero sígueme la corriente por un momento antes de entrar a esos detalles.

La Situación 1 es corolario de otra situación:

Situación 2: Existen los embarazos no deseados.
Problema 2: Erradicar o minimizar la cantidad de embarazos no deseados

De nuevo, hay que precisar términos. Pero estoy seguro que a estas alturas podemos estar de casi de acuerdo en las siguientes cosas:

  • Son problemas diferentes. El Problema 1 asume que ya se dio un embarazo no deseado y lo que se pregunta es la mejor forma de lidiar con él. El Problema 2 se pregunta por un paso antes del embarazo no deseado.
  • Ninguno de los dos problemas se puede resolver en su totalidad. Siempre habrá excepciones que se escapen a las precauciones tomadas. A lo mejor que podemos apuntar es a intentar resolverlos de manera óptima.
  • Si quieremos minimizar las «consecuencias severas» del Problema 1, entonces tenemos que lidiar con ambos.
  • El Problema 1 tiene más matices éticos y espirituales que el Problema 2.

Sobre la Situación 1

Supongamos por el momento que una mujer (o pareja) tiene un embarazo no deseado. «Lo mejor» que se puede hacer depende mucho del sistema de valores de cada persona.

Por un lado, para alguien de pensamiento progresista la madre tiene derecho absoluto sobre su cuerpo y debería poder abortar si así lo desea. Bajo este punto de vista el estado debe de permitir de manera legar ejercer el aborto para minimizar los riesgos inherentes a los abortos clandestinos. Llevando este punto de vista más al extremo, el estado incluso debe proveer mediante la seguridad social el acceso gratuito a la interrupción del embarazo.

Por otro lado, para un católico fundamentalista se tiene que respetar la vida desde la concepción. Sus creencias le dicen que incluso a los pocos días el ente concebido tiene un alma, y que su derecho a la vida está por encima del derecho de la madre para decidir qué hacer con su cuerpo. Desde este sistema de creencias existen otras formas de lidiar con el aborto clandestino: apoyar a la madre durante su embarazo, encontrar un destino para el hijo no deseado, educar con respecto a los riesgos de los métodos caseros de aborto.

Idealmente, dentro de una sociedad laica, tenemos que abstenernos de permitir que nuestra espiritualidad interfiera con los asuntos de estado. Lo más adecuado sería actuar de manera objetiva y científica. Pero no creo que esto sea posible en este momento. Lo más acertado es orientarnos por la ciencia y las respuestas parciales que tiene con respecto a conexiones neuronales, impulsos nerviosos y conciencia de uno mismo.

Sobre la Situación 2

Lo que me gusta de la Situación 2 es que estudiarla es mucho más objetivo que estudiar la Situación 1. Más aún, el análisis de la Situación 1 pone mucha carga en la (o las) víctimas del embarazo no deseado. Resolver el Problema 2 ataca el problema de raíz, quita la carga de responsabilidad de abortar o no de las víctimas, y la pone sobre las políticas públicas o los perpetradores.

Discutamos la Situación 2 entonces. Lo que buscamos ahora es minimizar la cantidad de embarazos no deseados. Es definitivamente un problema grande y problemas grandes requieren buenas soluciones. En matemáticas usamos el método de divide-y-conquista para encontrar sub-problemas pequeños que sean más fáciles de atacar. Para determinar estos problemas en el caso del aborto, conviene establecer una taxonomía de los embarazos no deseados. A continuación propongo una taxonomía ejemplo que, si bien no afirmo que sea óptima, por lo menos cubre una gran cantidad de los casos.

Me gustaría empezar con los embarazos no deseados consecuencia de una relación sexual no consensuada. En este caso estamos en el área de violencia intrafamiliar, abuso de poder y de delincuencia. Este es el problema que atienden iniciativas como #MeToo. Se tienen que implementar políticas que faciliten que la víctima hable, que sea escuchada y que los culpables tengan el castigo que merecen.

De este modo, supondré ahora que el embarazo no deseado es consecuencia de una relación sexual consensuada. Para determinar cómo disminuirlos, me parece que de entre ellos hay que distinguir aquellos en los que no se tuvo prevención, y aquellos en los que sí.

Cuando digo que el embarazo fue a causa de no tener prevención, pienso en varias posibilidades. Una es que no haya intención de prevención por malicia de alguna de las partes (hombre o mujer), con lo cual de nuevo caemos en el tema de violencia. Otra es que no haya intención de prevención por ignorancia, para lo cual necesitamos buenas políticas de educación sexual. Finalmente, pienso en los casos en los que aún con la intención de tener prevención, no la hay por falta de medios económicos. Aquí debe haber un esfuerzo de seguridad social para proveer métodos anticonceptivos de manera gratuita.

Con una naturaleza distinta están los embarazos no deseados en donde sí hubo prevención. Pero hablo no sólo de una prevención «light» en la que se usa sólo condón o sólo pastillas anticonceptivas. Me parece que estas medidas mínimas siguen cayendo en la falta de educación sexual. A lo que me refiero es a una discusión seria con la pareja para evitar el embarazo no deseado en la mayor medida posible: usar más de un método, tener un plan de acción para un condón roto, etc. Un embarazo no deseado bajo estas circunstancias es, desde mi punto de vista, de los que no se van a poder erradicar: son verdaderos accidentes.

Idealmente, se tienen que establecer políticas públicas mediante las cuales sólo la ínfima cantidad de embarazos correspondientes a los verdaderos accidentes tengan que pasar a ser tratados en la Situación 1.

A título personal

Yo no creo en la vida desde la concepción. En general soy de pensamiento progresista. En mi muy particular punto de vista:

  • Se requiere atender tanto la Situación 1 como la Situación 2, pero…
  • … idealmente un embarazo no deseado debería ser algo muy, muy excepcional y hacia allá hay que ir, por lo que…
  • … hay que invertir más energía y recursos públicos a la Situación 2.
  • Mientras sigan existiendo embarazos no deseados, deben existir opciones legales para interrumpirlos. Cada persona (paciente o médico), debe tener el derecho de ser partícipe, o no, del aborto de acuerdo a su sistema de valores y creencias, así como su circunstancia.

Algunos casos esquina

Hay preguntas tangenciales que también surgen en las discusiones sobre la legalidad del aborto. Si bien desvían el tema de los problemas principales, también vale la pena estar atentos a su existencia para mantener el debate enfocado y tal vez para discutirlas en su momento.

  • Si una madre prosigue con el embarazo no deseado, ¿eso necesariamente implica que tiene que proseguir con la maternidad?
  • Si una de las partes responsables del embarazo (o un tercero ) quiere al hijo, pero la otra no, ¿el embarazo debe proseguir?
  • ¿Hasta las cuántas semanas se debe permitir el aborto?

Cómo no redactar La Constitución

Por Leonardo Ignacio Martínez Sandoval

Intro

En México recientemente tuvimos elecciones federales. Son las más importantes del país pues se eligen Presidente, Diputados y Senadores. Además, se votó por varios puestos políticos a nivel local como alcaldías y gobernaturas. Hay miles de páginas discutiendo acerca del asunto, y la intención de esta entrada no es platicar más acerca de la parte política, sino de la precisión de una de las leyes que naturalmente se discute en esta época: la permanencia de los partidos políticos.

A grandes rasgos, muchos mexicanos saben que «si suficiente gente no vota por un partido en estas elecciones, entonces ese partido desaparece». Muchas veces basta quedarse con esa idea y confiar que en las leyes esté descrito de manera precisa qué quiere decir esto. Bueno, resulta que no es así. Actualmente hay polémica de si se le quita el registro a tres o cinco partidos.

En los siguientes párrafos explicaré por qué la ley actual, tal y como está escrita, tiene un problema de ambigüedad. Pero antes de ver exactamente lo que dice la ley, daré un par de ejemplos introductorios

La diferencia entre un mal y un terrible equipo de fútbol

En general las oraciones que usamos tienen una única interpretación lógica, o una que es más natural. Si digo «corro todas las mañanas», quiere decir que sin excepción salgo a correr todas y cada una de las mañanas. Si digo «algunos días no duermo bien», quiere decir que por lo menos hay un día en el que no duermo bien.

Sin embargo, hay algunas oraciones para las cuales no hay una forma única o convenida de interpretarlas de manera lógica. Tomemos como ejemplo:

«Mi equipo en el mundial no metió goles en alguno de sus partidos»

¿Puedes ver las dos formas de interpretarla?

Esta oración se puede entender de dos maneras: como que el equipo nunca metió goles, o como que hubo un partido en el que el equipo no metió goles. Para que sean más claras ambas interpretaciones, notemos que podemos agrupar la oración así:

«Mi equipo en el mundial no [metió goles en alguno de sus partidos]»

En este caso el «no» afecta a la cláusula «[metió goles…]», y entonces se concluye que el equipo nunca metió goles. La otra agrupación posible es:

«Mi equipo en el mundial [no metió goles] en alguno de sus partidos»

Aquí «en alguno» se vuelve un cuantificador que aplica a la cláusula anterior. Dicho de otra forma, se entiende «En alguno de los partidos, mi equipo no metió goles».

Desde el punto de vista matemático, el problema con la oración es que se puso un cuantificador al final, y entonces no es obvio si la negación afecta al cuantificador, o si el cuantificador afecta a la negación.

Hay que aclarar que esto no es un error lógico, o una paradoja, o un misterio de las matemáticas. La explicación es más sencilla: antes de poder analizar una oración de manera lógica, hay que traducirla del «idioma humano» al «idioma lógico». Esta traducción es la que no siempre es perfecta. Ya que la traducción está hecha, entonces en el mundo lógico ya se puede estudiar (ahora sí sin ambigüedades) si la oración es cierta, si implica otras oraciones, etc.

Si queremos ser totalmente claros en a lo que nos referimos, la solución es muy fácil. En vez de escribir la oración como arriba, podemos decir «En todos los partidos mi equipo no metió gol», o bien «Hubo un partido en el que mi equipo no metió gol», dependiendo de lo que queramos decir.

El profesor y el estudiante que no quiere reprobar

No estaría dedicándole toda una entrada a este fenómeno si no hubiera más al respecto. Aunque de lejos parece una simple curiosidad lingüística-matemática, hay ámbitos en los que es importante dejar muy claras las cosas. Como en reglas que se ponen. Para experimentar si esto sería un verdadero problema, puse el siguiente dilema en el grupo de Matemáticos en FB, un grupo que pensé que me daría una buena idea de si la oración era realmente ambigua, o si sólo estaba exagerando en mis formas de ver una oración.

A ver, duda de la vida real. Imagínense que una regla para reprobar a un alumno es:

«El alumno reprueba si (y sólo si) no obtiene al menos 6 puntos en alguno de los problemas»

Y que el alumno obtuvo las siguientes calificaciones:

Problema 1: 4 puntos
Problema 2: 7 puntos
Problema 3: 10 puntos

La regla es ambigua, pero de acuerdo a tu interpretación, ¿el alumno:

A. pasa, por que en el P2 y P3 se rifó, o

B. reprueba, por que en al menos el P1 la regó?

¿Tú qué piensas?

Los resultados: Se creó un caos total. Bueno, más o menos. Salió gente a defender una u otra de las interpretaciones de manera lógica. En cierto sentido, todos estaban formalmente bien. Pero sólo después de que personalmente, sin darse cuenta, habían elegido una de las interpretaciones de «no obtiene al menos 6 puntos en alguno de los problemas». La oración está bajo el mismo fenómeno que platicamos antes. Se puede leer como:

No (obtiene al menos 6 puntos en alguno de los problemas),

en cuyo caso el alumno pasa o como

(No obtiene al menos 6 puntos) en alguno de los problemas,

en cuyo caso el alumno reprueba, pues en P1 no obtuvo los puntos que necesitaba.

Me parece que no agregaré mucho más al respecto de esa discusión, pues es más provechoso leerla por uno mismo. Este es el enlace: Link a discusión en Matemáticos. Después de leer los comentarios, pensé como el Chapulín Colorado: «la confusión está clarísima».

Y La Constitución,  ¿qué?

El dilema del grupo de Matemáticos parece haber salido de un reglamento chafa de un profesor descuidado. Pues no. Regresemos al tema de la introducción. Todo este rollo lo empecé a pensar pues resulta que la mismísima Constitución Mexicana comete el error de ambiguëdad que ya platicamos. Del Artículo 41:

El partido político nacional que no obtenga, al menos, el tres por ciento del total de la votación válida emitida en cualquiera de las elecciones que se celebren para la renovación del Poder Ejecutivo o de las Cámaras del Congreso de la Unión, le será cancelado el registro

¡Está fatal! La diferencia entre ambas interpretaciones de ley para el caso concreto de estas elecciones es que en una se le quita el registro a cinco partidos, mientras que en la otra se le quita a sólo dos. Es una diferencia de financiamiento y de dinámica política enorme.

Ahora, me podrían decir: «Vale, vale, Leo. Pero La Constitución está sólo para indicar la ley en espíritu, y luego esto se arregla con la redacción de leyes prácticas». Nop. Citando a la Ley General de Partidos Políticos, Artículo 94:

Son causa de pérdida de registro de un partído político: (…) No obtener en la elección ordinaria inmediata anterior, por lo menos el tres por ciento de la votación válida emitida en alguna de las elecciones para diputados, senadores o Presidente

Same thing. Una joya de nuestros legisladores.

Cabe aclarar que probablemente, quien tiene la palabra final en esto, es el INE. Lo supongo pues en muchas ocasiones son ellos quienes tienen el derecho de interpretación en caso de ambigüedad. Lo que dice el INE es que hay que tomar la versión «buena ondita» para los partidos, osea, que basta con que obtengan 3% en alguna de las elecciones.

Por otro lado, como preferencia personal, me gusta más imaginar un mundo en el que los partídos políticos, para ganarse su registro, tengan que esforzarse tanto en el ámbito ejecutivo como en el legislativo. Es decir, me gustaría que se tomara la interpretación estricta de la regla en la que, para este año, cinco de los partidos perdieran su registro.

¿Y entonces?

Bueno, la ambigüedad ahí está. La verdad, no se cómo sea la legalidad del asunto, y si la interpretación actual del INE (o interpretaciones pasadas) sienta precedente de cómo se hacen las cosas. Lo preocupante es que el precedente no se deje fijo, que permanezca la ambigüedad, y que el INE, en cada edición, interprete la Ley General de Partídos Políticos a conveniencia.

En caso de que no se siente precedente, la solución es facilísima. Basta elegir cuál es la interpretación correcta, y escribirla de manera clara. Esto nos ahorrará muchas discusiones bizantinas en seis años.

Más detalles de la Olimpiada Internacional de Matemáticas

Por Leonardo Ignacio Martínez Sandoval

Introducción

En otras ocasiones en el blog ya he platicado de la Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO, por sus siglas en inglés). Una vez platiqué de la participación de México en la edición número 53 de la competencia. En otra ocasión lo mencioné como parte de un breve ensayo acerca del valor de las matemáticas. Desde hace tiempo había querido escribir más a detalle acerca de lo que pasa en cada edición. Resulta que lo acabé haciendo sin querer.

Inicialmente esta iba a ser una entrada de blog acerca de mi experiencia como coordinador en la IMO 2017, pero me di cuenta de que para que las cosas tuvieran sentido primero tendría que escribir más acerca del formato de la competencia. Comencé escribiendo una introducción para esa entrada pero, por su longitud y algunas tangentes que tuve que tomar, decidí que sería mejor convertirla en una entrada por sí misma. Sigue leyendo

Escrito de Harry Potter en El Aleph

Por Leonardo Ignacio Martínez Sandoval

Este es un escrito que mandé hace diez años a un pequeño concurso de la entonces revista estudiantil de la Facultad de Ciencias de la UNAM, el Aleph. El escrito ganó el concurso, por lo cual me dieron una copia del libro siete. Aunque ya lo tenía y ya lo había leído, guardé el libro con mucho cariño.

Viendo el escrito hacia atrás, se ve algo simple. De cualquier forma, me sigue trayendo buenos recuerdos.

Por aquí y por allá

Para todos lados a donde volteo hay gente con túnica o capa de Quidditch. Algunos niños juegan con sus varitas mágicas aventando hechizos inofensivos a otros niños. Un poco más allá escucho personas que no quieren nombrar a Quien No Debe ser Nombrado. Y no, no estoy en un mundo ficticio. Estoy en éste, el mundo real, el cual ha sido invadido por la magia que se filtra a través de los siete ya famosos libros de J. K. Rowling: la saga de Harry Potter.

Sin embargo, el impacto mundial de Harry Potter va mucho más allá de fans representando el mundo mágico. ¿Quién no ha escuchado que los libros de Harry Potter han creado una generación de niños lectores? Claro, quedarse sólo con esta observación sigue siendo quedarse corto. Harry Potter lleva más de por medio. El conocer a historia de este joven mago se ha convertido hasta cierto punto en una necesidad sentimental de miles de personas. No hay un solo fan que no haya esperado con ansia la llegada del séptimo libro.

Pero esto no se queda en la literatura. Podría continuar mencionando a las películas, decepción de algunos pero tesoro de otros, las cuales aun con sus limitaciones han procurado apegarse a la historia.  Más aún, la magia ha pasado por tantos aspectos de la vida que se requeriría otro libro completo para documentarlos: videojuegos, mochilas, ajedreces, ropa, accesorios, bolsas, álbumes, kits de magia. La lista sigue y sigue debido a que sí hay gente interesada en adquirir estos artículos.

La gran pregunta es ¿por qué?, ¿qué hizo Rowling para cautivar un público tan grande y mantenerlo atento por poco más de siete años? Razones hay muchas, y diferentes autores opinaran diferente, pero desde mi punto de vista Rowling creó un personaje único en el cual mucha gente se siente representada. Mas no es el típico personaje repetitivo, Rowling lo hizo evolucionar. El Harry niño es muy diferente al Harry ligando con Cho o al Harry que se atreve a lanzar una Maldición Prohibida. Al lector le agrada ver que el personaje evoluciona a través de las experiencias y problemas que vive, tal como se hace en la vida real.

En fin tomando todo esto en cuenta vemos que Harry Potter impactó al mundo como pocas cosas lo han hecho o lo harán. Concluyo confesando que Harry Potter ha sido también muy impactante en mi vida. Pocas cosas me han hecho dirigir mi cepillo de dientes a alguien y exclamar Expelliarmus o susurrar Alohamora al pasar por una puerta automática.