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Una explicación breve sobre delitos graves y modificaciones de la ley

Por Leonardo Ignacio Martínez Sandoval

Recientemente la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores en México están discutiendo acerca de actualizar la lista de delitos graves en la Constitución. Van más detalles para entender el fenómeno completo.

Como contexto, cuando a una persona se le acusa de un crimen, típicamente puede llevar su juicio «en libertad» si paga una «fianza» (un monto de dinero específico).

«Delito grave» se puede entender como una expresión coloquial, o como una expresión legal. Como expresión coloquial hay muchas cosas que como sociedad creemos que son graves. Como figura legal, que algo sea «delito grave» quiere decir que la forma en la que se trata al acusado es distinta. Muy concretamente, bajo una acusación de «delito grave» al acusado se le exige llevar a cabo su juicio en prisión, mientras se determina su culpabilidad. A esto se le llama «prisión preventiva». A partir de aquí sólo usaré el término en su forma legal.

Al realizarse un cambio de ley para cambiar qué delitos entran o no a la lista de delitos graves se necesitan poner principalmente dos cosas en la balanza:

  • Por un lado, no se pueden poner demasiados delitos en la lista pues esto atenta en derechos humanos al negar la presunción de inocencia en más situaciones. Aquí se tienen que escuchar a las organizaciones de derechos humanos
  • Por otro lado, se tienen que agregar delitos en los que el daño potencial que el acusado pudiera hacer sobrepasan por mucho el hecho de tener a un inocente detenido. Aquí se tienen que escuchar a las víctimas de los delitos y ponderar el daño total hecho.

Estas no son preguntas legales fáciles. La iniciativa que ahora está rondando en el Senado y el Congreso busca encontrar un balance correcto entre qué agregar y qué no. Algo que me gustaría dejar claro es que ni el Senado ni el Congreso están quitando delitos graves de la Constitución, sino que están decidiendo entre cuales agregar y cuáles no.

Los de la imagen a la izquierda son los que ya están, y seguirán estando. Los de la derecha son los que parece ser que ambas cámaras aprueban. Algo que circulan actualmente las noticias es que el Senado quiere poner también los siguientes:

  • Abuso contra menores
  • Feminicidio
  • Robo a casa habitación
  • Robo a transporte de carga
  • Desaparición forzada
  • Delitos en materia de armas de fuego y explosivos

Yo estoy de acuerdo con que se incluya abuso a menores y desaparición forzada. Estoy de acuerdo con que se agregue feminicidio, pero no se si legalmente ya entra en la prisión preventiva del homicidio. Con robo a casa y a transporte, no me queda claro que la balanza sea suficiente como para privar de libertad sin sentencia. Finalmente, el último ¡ya es! No entiendo por qué lo ponen en la lista.

Update: Ya me contaron que acerca del último punto parece ser que lo que está a discusión es «portar armas exclusivas para los militares».

Para los interesados, pueden consultar la nota de Animal Político y la Constitución:

http://www.ordenjuridico.gob.mx/Constitucion/articulos/19.pdf

Helicóptero colapsado en Puebla, primeros 3 días

Por Leonardo Ignacio Martínez Sandoval

Caso Puebla, primeros 3 días:

  • El Ejecutivo actúo y de manera inmediata puso en la investigación a tres Secretarías nacionales: Gobernación, Seguridad y Protección Ciudadana, Comunicación y Transportes, para atender los distintos matices del suceso. Además, puso también a la PGR a actuar.
  • Gobernación está atendiendo el aspecto político del asunto: encargarse de que la transición hacia el gobernador interino y hacia el nuevo gobernador se haga apegándose a la ley, y mediante consensos entre los intereses de distintos partidos.
  • Comunicación y Transportes atendió el aspecto técnico del asunto. Se consiguió el apoyo de fabricantes del helicóptero. Se revisaron permisos y capacitaciones de pilotos.
  • Seguridad y Protección Ciudadana está llevando el caso. Confirmó también que se realizarán investigaciones independientes por parte de instancias internacionales. Hasta ahora Canadá está confirmado y otras instancias en Europa están siendo consideradas.

Hasta ahora se tiene la «caja negra» (que tiene datos al parecer legibles, pero que los tiene que estudiar un laboratorio independiente) y se han descartado explosivos. Los medios han sido informados frecuentemente por las distintas secretarías.

Tomando en cuenta que esto no es un capítulo de CSI, ni de Law and Order, la investigación va de acuerdo a los protocolos y ritmo profesionales que hay que seguir en la vida real.

Hasta ahora estoy satisfecho con la forma de proceder: actuando con rápidez, transparencia, pero sin clavarse en eso como show o usándolo para retrasar el trabajo en otras áreas. Continuemos con el seguimiento de la información hasta que haya una respuesta definitiva.

Cómo no redactar La Constitución

Por Leonardo Ignacio Martínez Sandoval

Intro

En México recientemente tuvimos elecciones federales. Son las más importantes del país pues se eligen Presidente, Diputados y Senadores. Además, se votó por varios puestos políticos a nivel local como alcaldías y gobernaturas. Hay miles de páginas discutiendo acerca del asunto, y la intención de esta entrada no es platicar más acerca de la parte política, sino de la precisión de una de las leyes que naturalmente se discute en esta época: la permanencia de los partidos políticos.

A grandes rasgos, muchos mexicanos saben que «si suficiente gente no vota por un partido en estas elecciones, entonces ese partido desaparece». Muchas veces basta quedarse con esa idea y confiar que en las leyes esté descrito de manera precisa qué quiere decir esto. Bueno, resulta que no es así. Actualmente hay polémica de si se le quita el registro a tres o cinco partidos.

En los siguientes párrafos explicaré por qué la ley actual, tal y como está escrita, tiene un problema de ambigüedad. Pero antes de ver exactamente lo que dice la ley, daré un par de ejemplos introductorios

La diferencia entre un mal y un terrible equipo de fútbol

En general las oraciones que usamos tienen una única interpretación lógica, o una que es más natural. Si digo «corro todas las mañanas», quiere decir que sin excepción salgo a correr todas y cada una de las mañanas. Si digo «algunos días no duermo bien», quiere decir que por lo menos hay un día en el que no duermo bien.

Sin embargo, hay algunas oraciones para las cuales no hay una forma única o convenida de interpretarlas de manera lógica. Tomemos como ejemplo:

«Mi equipo en el mundial no metió goles en alguno de sus partidos»

¿Puedes ver las dos formas de interpretarla?

Esta oración se puede entender de dos maneras: como que el equipo nunca metió goles, o como que hubo un partido en el que el equipo no metió goles. Para que sean más claras ambas interpretaciones, notemos que podemos agrupar la oración así:

«Mi equipo en el mundial no [metió goles en alguno de sus partidos]»

En este caso el «no» afecta a la cláusula «[metió goles…]», y entonces se concluye que el equipo nunca metió goles. La otra agrupación posible es:

«Mi equipo en el mundial [no metió goles] en alguno de sus partidos»

Aquí «en alguno» se vuelve un cuantificador que aplica a la cláusula anterior. Dicho de otra forma, se entiende «En alguno de los partidos, mi equipo no metió goles».

Desde el punto de vista matemático, el problema con la oración es que se puso un cuantificador al final, y entonces no es obvio si la negación afecta al cuantificador, o si el cuantificador afecta a la negación.

Hay que aclarar que esto no es un error lógico, o una paradoja, o un misterio de las matemáticas. La explicación es más sencilla: antes de poder analizar una oración de manera lógica, hay que traducirla del «idioma humano» al «idioma lógico». Esta traducción es la que no siempre es perfecta. Ya que la traducción está hecha, entonces en el mundo lógico ya se puede estudiar (ahora sí sin ambigüedades) si la oración es cierta, si implica otras oraciones, etc.

Si queremos ser totalmente claros en a lo que nos referimos, la solución es muy fácil. En vez de escribir la oración como arriba, podemos decir «En todos los partidos mi equipo no metió gol», o bien «Hubo un partido en el que mi equipo no metió gol», dependiendo de lo que queramos decir.

El profesor y el estudiante que no quiere reprobar

No estaría dedicándole toda una entrada a este fenómeno si no hubiera más al respecto. Aunque de lejos parece una simple curiosidad lingüística-matemática, hay ámbitos en los que es importante dejar muy claras las cosas. Como en reglas que se ponen. Para experimentar si esto sería un verdadero problema, puse el siguiente dilema en el grupo de Matemáticos en FB, un grupo que pensé que me daría una buena idea de si la oración era realmente ambigua, o si sólo estaba exagerando en mis formas de ver una oración.

A ver, duda de la vida real. Imagínense que una regla para reprobar a un alumno es:

«El alumno reprueba si (y sólo si) no obtiene al menos 6 puntos en alguno de los problemas»

Y que el alumno obtuvo las siguientes calificaciones:

Problema 1: 4 puntos
Problema 2: 7 puntos
Problema 3: 10 puntos

La regla es ambigua, pero de acuerdo a tu interpretación, ¿el alumno:

A. pasa, por que en el P2 y P3 se rifó, o

B. reprueba, por que en al menos el P1 la regó?

¿Tú qué piensas?

Los resultados: Se creó un caos total. Bueno, más o menos. Salió gente a defender una u otra de las interpretaciones de manera lógica. En cierto sentido, todos estaban formalmente bien. Pero sólo después de que personalmente, sin darse cuenta, habían elegido una de las interpretaciones de «no obtiene al menos 6 puntos en alguno de los problemas». La oración está bajo el mismo fenómeno que platicamos antes. Se puede leer como:

No (obtiene al menos 6 puntos en alguno de los problemas),

en cuyo caso el alumno pasa o como

(No obtiene al menos 6 puntos) en alguno de los problemas,

en cuyo caso el alumno reprueba, pues en P1 no obtuvo los puntos que necesitaba.

Me parece que no agregaré mucho más al respecto de esa discusión, pues es más provechoso leerla por uno mismo. Este es el enlace: Link a discusión en Matemáticos. Después de leer los comentarios, pensé como el Chapulín Colorado: «la confusión está clarísima».

Y La Constitución,  ¿qué?

El dilema del grupo de Matemáticos parece haber salido de un reglamento chafa de un profesor descuidado. Pues no. Regresemos al tema de la introducción. Todo este rollo lo empecé a pensar pues resulta que la mismísima Constitución Mexicana comete el error de ambiguëdad que ya platicamos. Del Artículo 41:

El partido político nacional que no obtenga, al menos, el tres por ciento del total de la votación válida emitida en cualquiera de las elecciones que se celebren para la renovación del Poder Ejecutivo o de las Cámaras del Congreso de la Unión, le será cancelado el registro

¡Está fatal! La diferencia entre ambas interpretaciones de ley para el caso concreto de estas elecciones es que en una se le quita el registro a cinco partidos, mientras que en la otra se le quita a sólo dos. Es una diferencia de financiamiento y de dinámica política enorme.

Ahora, me podrían decir: «Vale, vale, Leo. Pero La Constitución está sólo para indicar la ley en espíritu, y luego esto se arregla con la redacción de leyes prácticas». Nop. Citando a la Ley General de Partidos Políticos, Artículo 94:

Son causa de pérdida de registro de un partído político: (…) No obtener en la elección ordinaria inmediata anterior, por lo menos el tres por ciento de la votación válida emitida en alguna de las elecciones para diputados, senadores o Presidente

Same thing. Una joya de nuestros legisladores.

Cabe aclarar que probablemente, quien tiene la palabra final en esto, es el INE. Lo supongo pues en muchas ocasiones son ellos quienes tienen el derecho de interpretación en caso de ambigüedad. Lo que dice el INE es que hay que tomar la versión «buena ondita» para los partidos, osea, que basta con que obtengan 3% en alguna de las elecciones.

Por otro lado, como preferencia personal, me gusta más imaginar un mundo en el que los partídos políticos, para ganarse su registro, tengan que esforzarse tanto en el ámbito ejecutivo como en el legislativo. Es decir, me gustaría que se tomara la interpretación estricta de la regla en la que, para este año, cinco de los partidos perdieran su registro.

¿Y entonces?

Bueno, la ambigüedad ahí está. La verdad, no se cómo sea la legalidad del asunto, y si la interpretación actual del INE (o interpretaciones pasadas) sienta precedente de cómo se hacen las cosas. Lo preocupante es que el precedente no se deje fijo, que permanezca la ambigüedad, y que el INE, en cada edición, interprete la Ley General de Partídos Políticos a conveniencia.

En caso de que no se siente precedente, la solución es facilísima. Basta elegir cuál es la interpretación correcta, y escribirla de manera clara. Esto nos ahorrará muchas discusiones bizantinas en seis años.