A veces no te enamoras de una persona. A veces te enamoras de una foto. O de una frase. O de una sonrisa instantánea. Vamos a llamarle a esto un «amor fugaz». Lo bueno de los amores fugaces es que no son únicos. Puedes fácilmente estar enamorado de un gesto y de una anécdota al mismo tiempo sin que ni a uno ni a la otra le de celos. Seguir leyendo…
Amores fugaces
Por Leonardo Ignacio Martínez Sandoval