Ayer tuve mi último día hábil en Montpellier. Realmente disfruté mucho los últimos días de estar ahí.
Jugué por primera vez gotcha láser (te pones un chaleco, te dividen en equipos y vas a dispararle a los del otro equipo en un lugar semiobscuro y laberintoso). Estuve ahí con un grupo de amigos hispanohablantes para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Me divertí muchísimo. De las tres rondas que jugamos yo gané una .
Visite un pueblo maravilloso cerca de Milleau. Fui a Nimes a ver una de las etapas del tour de France. También asistí dos veces a los estivales, que es un evento que se pone en la esplanada de Montpellier para que los vinicultores de la región lleven sus productos a degustar (por 5 euros te dan una copa y tres boletos para llenarla).
Otra cosa que valió mucho la pena fue visitar el museo Fabre en Montpellier. Tiene cientos de años de historia del arte, incluyendo un poco de arte contemporáneo. Pasé a la exposición temporal de Claude Viallat y está realmente colorida. Ademas, me salió gratis por ser estudiante (cosa que me alegró, pues yo no sabía y pensaba que iba a tener que pagar la entrada).
De matemáticas, estuvo productivo, pues salieron nuevas ideas para un problema que Jorge Ramírez y Luis Montejano habían trabajado hace algunos años. Pudimos dar un paso que abrió camino a pensar nuevas cosas y a obtener nuevos resultados. Se nos quedó mucha tarea para escribir y para pensar, jejeje.
Hace rato llegué a París. Vine en tren desde Montpellier y llegué a la estación de Lyon. Voy a pasar cuatro días aquí. Ya había estado en París una vez, pero sólo había sido poco tiempo y muy apresurado. Estos 4 días sí que van a rendir más.
Conseguí un departamento bien padre en Airbnb que va a salir más o menos en lo mismo que un hostal, pero está mucho mejor. Tiene cocina, baño propio, internet gratuito y está muy bien ubicado, a cinco minutos caminando de la estación de metro más cercana. Además hay un parque muy bonito a diez minutos.
Bueno, hasta aquí dejo este reporte. Cambio y fuera.