Hace una semana salí de la terminal de ADO, llegando a Playa del Carmen. La ciudad está fantástica. Desde que sales de la terminal puedes ver que es una ciudad totalmente turística, incluso en temporada baja. Por las calles se ven caminar «tourists» hablando inglés, francés, alemán y quien sabe que otros idiomas.

Llegué y el calor me pegó de lleno. Comencé a caminar un rato, maleta y mochila en mano. ¡Sí que es cansado hacer eso bajo ese sol! Tenía que conseguir un hotel u hostal pronto para poder pasear más libremente. Pero dije: «Ah, bueno, me doy una vuelta inicial y ya luego lo busco».

Así fue como di con varios puntos interesantes de la ciudad. Muy cerca de la terminal, está la Capilla de nuestra Señora del Carmen. Unos pasos más adelante está el pequeño Parque Fundadores, con su quiosco y con su plaza. Diría que «típico», pero la diferencia aquí es que está al lado de la playa. Y además tiene un monumento súper visible de unas sirenas hacia el cielo. Es un monumento que inaguraron con motivo del fin del Calendario Maya.

Siguiendo mi camino, por la 5 Sur, llegué a una plaza comercial. Pero está curioso, por que es una plaza sobre la playa. Como que nunca entras a ella. De repente se empiezan a aparecer los locales. Ahí había tiendas finas, tipo Gucci, Tous, etc. Rodee la plaza y tras seguir caminando llegué a la 2 norte.  Después de tomar algunas fotos, mi cámara se empezó a quejar de falta de pila, así que ya era momento de buscar un lugar, así que en esa calle pregunté por un hostal y me llevaron a uno cerca de la playa.

El hostal estaba padre. La verdad no recuerdo su nombre, pero recuerdo que tenía alberca, casilleros, camas limpias y buen ambiente. También tenía internet. 200 la noche. Compré un candado para cerrar mi locker, dejé mis cosas y salí a caminar a la playa. Es súper bonita por allá. Tiene colores muy bellos y la arena es clara. Estuve caminando un largo rato. Está padre, pero es bien cansado.

Decidí irme a enjuagar los pies al hotel y de paso me quedé en la alberca un rato. Acá, rélax. En el local de al lado estaban poniendo música. Pusieron la de La Cita («desnúdate ahora y apaga la luz un instaaaante…» etc) y otras cuantas que estaban muy buenas. Salí de la alberca, y pasé a tomarme una chela fría y de barril pa’l calor. Con eso a uno se le abre el apetito.

¡Qué rica es la comida en la playa! Comí un coctel grande de camarones, unas tostadas de Jaiba y las acompañe con una Negra Modelo. ¡Uff! Tras otra caminada regresé al hotel a pasar algunas fotos a la compu, a cargar la cámara y a estar en internet un rato.

Por la noche me puse a caminar por la Av 5 (me encanta, por que le llaman «la Quinta Avenida», o más gringo aún, la «Fifth Av.»). ¡Es larguísima! Me la eché completita. Bueno, al menos la parte turística, que serán unas… eh… como 15 cuadras supongo. La vida nocturna en Playa está fantástica. Tu dí. Karaokes, bares, antros, restaurantes finos, con música, pizzas de 15 pesos la rebanada, cafés. Vaya, lo que te imagines.

Yo fui a un lugar que se llamaba Frida. Tenían a un cantante en vivo. Pedí una ensalada César con pollo. El cantante estaba aceptando peticiones, así que le dije que cantara Lemon Tree. Wow, qué cena. Ya después de eso me fui a dormir.

A la mañana siguiente desperté y bajo la recomendación de Chava (quien vivió en Playa del Carmen), fui a un café que se llama Ah Cacao! Venden buen café y chocolate. Y unos cuernitos muy ricos. Tienen varias sucursales. Yo fui a una sobre Constituyentes. De ahí me eché otra caminadita, para empezar a hacer camino al hotel Blue Bay Esmeralda, donde ese lunes iba a empezar el coloquio LAGOS.

Estar en Playa fue una experiencia muy padre. Yo estuve un sólo día y creo que me la pasé muy bien. Con algo más de tiempo se pueden hacer muchas actividades ahí. ¿Has estado en Playa del Carmen? ¿Recomiendas otros lugares?