¿Alguna vez han visto a un gato saltar a una pared? ¿Han visto cómo toma vuelo, cómo intenta un par de veces para medirla, cómo la mira de reojo como una meta al borde de la inalcanzabilidad? El gato sabe que puede trepar esa pared, y su objetivo será hacerlo.
Al final prepara todas sus energías y da un salto que apenas lo acerca al borde, del cual se aferra con sus uñas, con las cuales se impulsa para poder llegar hasta arriba.
Y si su salto no es suficiente, siempre encuentra una manera. Siempre habrá un árbol o una enredadera. Pero esa pared… esa pared… no le puede ganar.