En general todo va bien.
Ya cada vez le estoy entendiendo más a eso de hablar francés. Al menos ya puedo pedir cosas en los restaurantes y las tiendas. También puedo leer los periódicos módulo algunas palabras difíciles y escuchar algunas canciones pop facilitas. El fin de semana estuve clavado en entender la diferencia entre e, é, è, ê y ai. Al menos ya entiendo por qué hay tantísimas «e».
Una lección aprendida es que la única forma de cuidar tu bicicleta es usando un candado de U. Estando acá ya me robaron una bicicleta, y a un amigo le robaron otra (en estas pocas semanas). Ya tengo una segunda bicicleta y está padre eso de poder moverse por la ciudad en bici con confianza. Me caí un par de veces, pero nada grave.
Cerca de Montpellier he ido a Barcelona, a la playa Balavás, a un río que no recuerdo cómo se llama y al lago de Salagu. En las salidas nocturnas he vivido del entusiasmo del mundial entre los mexicanos que viven fuera de México; el estruendoso y alegre sonido de los metales en la noche de las fanfares; un tour de bares en Barcelona con buenos cuates; tiendas con una variedad impresionante de chelas.
Las matemáticas también van bastante bien. De repente empezaron a salir varios problemas muy interesantes y estoy aprendiendo teoria nueva. Finalmente me hizo clic eso de los matroides (bueno, tanto como te puede hacer clic a nivel principiante). Ando en mis primeros pasos con matroides orientados y se ve que generalizan de una manera muy cómoda varios conceptos de la teoría de poliedros convexos. En temas un poco distintos, salieron algunas preguntas interesantes del problema de Frobenius en la banda de Moebius (salió verso sin esfuerzo, jejeje).
Bueno, así van las cosas. Extraño moderadamente la comida mexicana. Un poco menos moderadamente extraño a mis cuates en México y a la familia. Lá próxima semana haré un breve intermedio para ir a Sudáfrica como líder de México a la Olimpiada Internacional de Matemáticas. Un viaje dentro de un viaje. Viajeception.
Cambio y fuera