Hay algunos momentos que van modelando nuestra actitud hacia la vida. Hace mucho tiempo, cuando iba en 1ro de primaria, sucedió uno de estos mientras mi mamá y yo estábamos en una entrevista con una profesora de la escuela donde estudiaba, el Instituto San Felipe en Oaxaca.
En algún momento yo le dije a la profesora: «Es que ya se que se puede decir ‘mañana’ y luego ‘pasado mañana’, pero no se cuál es el día que sigue». En vez de darme el avión (como lo había hecho mi maestra), me dijo con mucha seguridad «pues sigue ‘pasado pasado mañana’ y así puedes seguirle tanto como quieras». Eso estuvo padre. Ahora con el lenguaje matemático que he aprendido puedo decir que ese día aprendí la «función sucesor» :).
Pero no sólo esto. Al ver mi curiosidad se levantó, fue a su librero y me dio un libro de 5to de primaria, de Ciencias Naturales y me dijo: «Quizás deberías leer esto». Yo lo vi y le dije «Pero, es para niños grandes, de 5to». Y entonces ella insistió, diciendo algo como «No importa, para leerlo basta tener curiosidad y esforzarte un poco más».
Eso fue una lección más importante que entender la función sucesor. Ese día me di cuenta que algunas barreras para el conocimiento, como la edad o el grado escolar, son totalmente imaginarias.