Recientemente leí el libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de Stephen Covey. Es un libro clásico acerca de administración personal y las ideas de las que habla me parecieron interesantes. Un ejercicio para entender mejor el contenido del libro (y para el caso, para mejorar el entendimiento de casi cualquier cosa que querramos aprender) es compartir lo que dice el libro enunciándolo con tus propias palabras. Es por esto que voy a iniciar a escribir una serie de posts de algunos temas que me llamaron especialmente la atención. Espero que a algunos de ustedes les sirva esta información que escribo.
Lo que me agrada del libro de Covey es que es una recolección de varias ideas pequeñas explicadas de maneras creativas. Al pricipio pueden parecer obvias, pero si uno se esfuerza en hacer conciencia de estos pequeños detalles, se pueden lograr muchas cosas. Al ir leyendo intenté relacionarlas con cosas que me estuvieran pasando, de modo que de vez en cuando haré algunos comentarios laterales.
De lo primero que quiero contarles es de los círculos de la preocupación y los círculos de la acción. La idea es simple. Hay cosas que queremos cambiar (y no) y cosas que podemos cambiar (y no). Entender bien esta distinción ayuda mucho a saber qué tanto nos podemos pedir, y muchas veces ayuda a que nos tomemos las cosas más a la ligera y enfoquemos nuestra energía en lo que realmente podemos arreglar.
Piénsenlos como dos círculos con el mismo centro. Dentro del círculo de la preocupación están las cosas que nos gustaría cambiar. Dentro del círculo de la acción están aquellas cosas que nos preocupan por las cuales podemos hacer algo. Por ejemplo, en el círculo de preocupación puede estar la calificiación de un examen que ya hiciste, querer salir de una gripe, las amenazas de virus en la computadora y el miedo a que estalle una guerra. Sin embargo, es probable que de estas sólo puedas tener influencia en salir de la gripe y prevenir tener un virus en la computadora. Sería difícil que puedas hacer algo por el examen que ya pasó o que tengas un papel decisivo en la situación bélica del país.
Hacer la distinción entre estas dos cosas es importante por lo siguiente. Aquellas cosas que te preocupen y por las cuales puedes hacer algo están en tu círculo de acción. Es a estas cosas a las que te puedes dedicar. Puedes meterte a una página y descargar un antivirus. Entonces, por este lado tienes la tranquilidad de que puedes hacer algo al respecto. Pero por el otro lado, las cosas que están fuera de tu círculo de acción tampoco te deben de preocupar. Es cierto que son temores y cosas incómodas, pero por el momento es difícil que puedas hacer algo al respecto. No son responsabilidades que te pertenezcan y por tanto sería recomendable que las sacaras de tu círculo de preocupaciones. Y esto a su vez ayuda a que enfoques tu atención en lo que sí puedes resolver.
Al inicio ambos círculos son concéntricos y generalmente el círculo de preocupación tiene un mayor radio que el de acción. Conforme te vas desarrollando personalmente va creciendo tu círculo de acción, e incluso puede volverse más grande que tu círculo de preocupación. Hay personas muy influyentes que pueden resolver más cosas que las que les preocupan.
Creo que estas ideas fueron lo que fundamentalmente me dio fuerza para enfrentar con éxito la pérdida de mi pasaporte en Ecuador. Cuando ya era evidente que estaba perdido ya no valía la pena sufrir mucho por lo que había pasado. Lo importante en ese momento era responderse la pregunta «¿qué puedo hacer ahora?». Y realmente había muchas cosas por hacer en ese momento.
¿Tienes cosas en tu círculo de preocupación que estén fuera de tu círculo de acción?
Acá puedes leer la parte 2 Dependencia, independencia e interdepenencia
Y acá la parte 3 La importancia y la urgencia
Buena lectura, para reflexionar .