La historia de la Palm 650 que volvió a encender

Por Leonardo Ignacio Martínez Sandoval

¿Alguna vez han escuchado la típica historia de la persona que cae en coma por muchos muchos años, para finalmente recuperar el conocimiento? Pues me acaba de pasar algo similar. Con una Palm que compré. Déjenme que les cuente por qué a veces es buena idea tener paciencia para que pasen las cosas.

El inicio

La historia empieza aproximadamente tres años atrás. Entre que quería cambiar de celular y que encontré una buena oferta, me compré una Palm Treo 650. Quizás no era el dispositivo más moderno, pero era una bonita novedad. Tenía Touch Screen, con su lápiz y todo. En teoría podía contratar internet y navegar en un navegador más o menos bueno. Y vaya, había miles de aplicaciones que se le podían poner, entre ellas una que se llamaba MathAce y otra para leer PDF.

Sin embargo, un trágico día la Palm cayó en un charco. No me pregunten bien por qué pasó, pues ni yo mismo se. Lo primero que hice fue quitarle la batería para que no hubiera cortos ni nada, e intenté secarla lo más que se pudo. Pero no sabía que había que esperar más tiempo para que se secara «internamente», así que cuando llegué a mi casa le puse la batería de nuevo, pero hizo como un sonido extraño que supongo que fue un corto.

La intenté volver a prender después, pero ya no prendió como antes…

Hay que decir que esto en algún momento funcionó a medias, y tuve una Palm semifuncional con una gran raya enmedio de pixeles muertos que sólo prendía al estar conectada. Sin embargo, tras esta pequeña recuperación, al poco tiempo entró en coma definitivamente, y lo único que podía hacer era mostrar el logo de Palm.

Quizás debería acortar un poco aquí la historia, pues podría cansarlos con tantos intentos fallidos de solucionar el problema. Básicamente pasé por todo lo que se les podría ocurrir, desde dejar pasar una semana, ponerla al sol, secarla con un ventilador, con una secadora, meterla en una bolsa con bolsitas de «Silica Gel», hacer un Soft Reset, hacer un Hard Reset, aplicar la de «pues seguro con un golpe se arregla», entre otras cosas.

En el puesto de celulares me dijeron que no arreglaban Palms y en el puesto de Palms me iban a cobrar la reparación como el 70% del precio que pagué por ella. Acabé por resignarme, meterla a su caja, guardar la caja en un rincón y regresar al celular anterior.

Interludio

El tiempo pasó. Cambié un par de veces más de celular, al Nokia «plateadito con negro» y finalmente a mi actual Nokia 5530.

En el ínter de todo esto chequé un par de veces más si la Palm había revivido. Yo no se por que sentía la rara sensación de que eventualmente iba a funcionar. Pero nada. Pasó un año, y la Palm no podía encenderse sin estar conectada. Tengo que admitir que tras checar esta última vez, simplemente la dejé abandonada en su caja (en su rincón). «Life went on»

And it came back

Hace algunas semanas mi hermano me preguntó por un libro que a él le pidieron leer en la escuela y que yo había leído. Lo busqué un poco, pero en medio de esta búsqueda me di cuenta que tenía un montón de libros y cosas en el closet que estaban ocupando mucho espacio. Así, decidí que era un buen momento para postergar la tesis organizar mi recámara y tirar algunas de las cosas que ya no servían.

En todo este arreglo, vi ahí la caja gris con naranja que había estado mucho tiempo abandonada. «Ya pasaron 3 años», pensé, » a lo mejor ya funciona». La conecté, la prendí y de nuevo, ese logo horrible que no hacía nada. Me acordé cómo se hacía un soft reset. Nada… Me metía a internet para ver cómo se hacía un hard reset. Bingo! «Por favor ingrese la fecha y la hora». Todo bien… Sólo quedaba una duda: ¿podía permanecer encendida sin estar conectada? La desconecté y se apagó… Claro, no tenía pila.

Tras dejarla cargar toda la noche, desperté en la mañana como niño en navidad para ver qué había pasado. Para mi grata sorpresa la batería estaba al 97%, todo prendía y funcionaba bien. En el transcurso del día me decidí a probar si también funcionaba el teléfono, y sí, también lo hacía. Esperar 3 años había funcionado.

Epílogo

Ahorita la Palm Treo 650 está sobre mi buró. La verdad estoy muy feliz de que haya regresado, pero no la uso tanto pues ahorita mi cel hace casi todo lo que quisiera que hiciera la Palm. Sin embargo, se que está ahí, como recordatorio de que las cosas pueden arreglarse tras un tiempo. Y quién sabe, a lo mejor un día la use para algo.

Bueno, a veces se me da eso de interpretar una historia para ver qué lección tiene. Si prefieren, pueden saltarse esta parte y nada más pensar «woow, revivió tras 3 años». Sin embargo, yo creo que a veces muchas cosas son así. Hay que hacer un esfuerzo para arreglar un problema. Sin embargo, por mucho que te esfuerces, hay veces en que ese problema por el momento no tiene solución. A lo mejor puedes resignarte un poco en el camino. Pero finalmente, tal vez, las cosas se arreglen por sí mismas.

¿Te ha pasado algo parecido? ¿Puedes explicar qué le sucedió a mi Palm?

4 comentarios en “La historia de la Palm 650 que volvió a encender

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